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Nos situamos en 1991 época en que los más grandes
arcades de lucha estaban naciendo o a punto de nacer. En poco tiempo Street
Fighter II dominaría el mundo mientras Snk se convertiría en la mejor
alternativa para el que no le gustase o no se adaptase al estilo de Capcom.
Gracias a juegos como Garou Densetsu pusieron las primeras piedras para
convertirse en una de las más grandes compañías de juegos de los 90. Garou
Densetsu, conocido como Fatal Fury fuera de Japón es un juego de lucha bastante
particular. Veamos qué es lo que ofrecía y qué es lo que nos sigue dando hoy día:
El juego tiene historia, típica, pero historia.
Sothtown es un barrio que se está viendo sometido a las bandas, concretamente a
una dirigida por Geese Howard, un capo que decide crear un torneo de artes
marciales llamado The King of Fighters para entretenerse y eliminar a los
posibles enemigos que tenga. En ese torneo se inscriben Terry y Andy Bogard,
hijos de su antiguo rival al que mató hace tiempo. Para ayudar a los hermanos a
vengarse les acompaña su amigo Joe Higashi, un experto en Muay Thai.
Esos tres personajes son los que cuenta el juego,
ni más ni menos. Nos enfrentaremos hasta ocho rivales más pero que no pueden
ser manejados por el jugador. Entre ellos están Duck King, Richard Meyer,
Raiden, Michael Max, Tung Fue Rue, Hwa Ji, Billy Kane y el mismisimo Geese
Howard. Una vez derrotemos a los ocho podremos ver el final del personaje que
hayamos elegido de los tres disponibles siendo muy similares entre ellos. Los
tres están bien diferenciados y, aunque cuentan con los típicos proyectiles y antiaéreos,
son diferentes en cuando a manejo y estrategia de juego. Algo básico al contar
con tan pocos personajes jugables.
Todos ellos cuentan con un mínimo de tres o
cuatro golpes especiales que consumen bastante vida del rival si impactan. De
la misma manera, si sufrimos nosotros los golpes especiales de los enemigos
podemos estar en serios aprietos rápidamente. El juego cuenta con dos planos de
lucha que hacen que el juego tenga un estilo diferente al resto de juegos de la
época. Podemos pasar de un plano a otro lanzando una patada que tire al rival
sin posibilidad de defenderse pero en la práctica este sistema no hace más que
entorpecer y confundir al jugador.
Cada dos rivales tenemos la posibilidad de
acumular más puntos mediante una ronda de bonus que consiste en ganar a un
pulso en una máquina de feria mediante el machacar el botón A compulsivamente.
Algo curioso al principio pero aburrido tras un par de intentos. Así mismo
hemos de destacar el nivel de dificultad de los oponentes. El juego permite
jugar en tres niveles diferentes pero incluso en el más sencillo encontramos
algunas incongruencias curiosas como el hecho de meterle un perfect a Billy
Kane (el penúltimo enemigo) en el primer round, y que en el segundo asalto nos
lo devuelva sin apenas poder defendernos.
El sistema de lucha era bastante más simple que
el de Street Fighter ya que contamos solo con un botón de puñetazo, otro de
patada y otro para ejecutar lanzamientos. No obstante se pueden ejecutar una
decente variedad de golpes que, además, son bastante contundentes de por sí.
El apartado grafico es bastante bueno. En su día
muy vistoso y bien acabado, con escenarios bonitos que además gozaban de
transiciones (algunos) de un round para otro como que empezase a llover o se
pasase del día a la noche. Los personajes estaban bien dibujados y algunos
gozaban de animaciones bastante elaboradas como la transformación de Tung Fue
Rue. Muchos escenarios contaban con público de fondo que animaba el combate así
como varios elementos de color que dotaban de vida al entorno en el que luchábamos.
La música es mítica. Puede que no se recuerde
tanto como las de Street Fighter II pero son melodías que enganchan y animan a
tararear constantemente. Con temas como el del Pao Pao Cafe o el final de Geese
Snk comenzaba a labrarse un nombre en el tema de las bandas sonoras que lo
llevaría años después a ser considerada la compañía que mejor música incluía en
sus juegos de lucha.
Por ultimo hay que destacar especialmente el modo
de dos jugadores tan original con el que contaba el juego. Al contrario que el
resto de juegos de lucha donde el segundo player metía una moneda
interrumpiendo el combate y se enfrentaba al primero, en este ambos jugadores
luchaban mano a mano en el primer dramatic battle de la historia contra el
rival al que estuviera haciendo frente el player one, para, una vez derrotado,
luchar entre ellos por ver quien continua el modo historia, en un giro que
recuerda al enfrentamiento final de Double Dragon. Una alternativa muy original
y vistosa que pocas veces más se ha visto aplicada a juegos de lucha y que podía
simplificar las cosas bastante de cara al enfrentamiento final con Geese ya que
cada jugador contaba con su propia barra de vida.
Si rejugamos hoy día el juego, no obstante,
encontramos lagunas bastante grandes. Los gráficos y la música siguen ahí, por
supuesto, pero el hecho de contar solo con tres personajes limita muchísimo el
juego. La extraña curva de dificultad que presenta así como un sistema de
lucha de dos planos jugables que no se ha usado más desde hace muchísimos años,
confunde y no permite que el jugador disfrute como debería. Un buen juego para
pasar una tarde rememorando tiempos pasados pero sin consistencia hoy día. No
olvidemos de todas maneras, que fue la primera piedra (importante) para que sus
secuelas se convirtiesen en maravillas jugables.
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